AÑO 2030 SIN INTERNET
LO QUE SIENTO
Debo confesar que escribir este artículo acerca de lo que podría pasar en el año 2030 si no tenemos internet, me genera sensaciones muy extrañas.
Siento entre temor por explorar un estilo nuevo para mí, incertidumbre propia que genera el tema planteado, y alegría por poder expresar lo que pienso y siento.
AÑO 2030
2030 sin internet. Sólo imaginarlo, a muchos les podría parecer imposible. Y probablemente la fecha sea errada, tal vez demore un poco más en suceder.
Es más, ¡Ojalá no llegue a suceder!
La inquietud ya la traía desde hace años. Recuerdo que de mis años de bachillerato me llamaba la atención pensar que nuestros cálculos matemáticos, para ese entonces hechos mentalmente, llegaran a depender de las recién incorporadas calculadoras.
De hecho, hoy en día eso fue superado con creces, y las calculadoras son prácticamente obsoletas, pues se utiliza una hoja de Excel o cualquier otra aplicación que las remplace.
LECTURA Y TECNOLOGÍA
Como me precio de ser un lector moderado (ya quisiera ser un buen lector), veo que la tendencia a introducir la lectura en medios digitales avanza a pasos agigantados.
Amo mis libros impresos, amo mi pequeña biblioteca, y pienso que en un futuro (¿2030?) conservarlos será parte de una cultura extraña para los cibernautas y adictos digitales.
Todos hemos sentido esa rara ansiedad que produce hoy en día estar en un lugar sin acceso a un dispositivo electrónico conectado a la red. Un teléfono móvil sin datos o un lugar sin wifi “de donde colgarse” es motivo de frustración para muchas personas.
Definitivamente nos hemos vuelto dependientes de la tecnología, pero más allá de esto, dependientes de la red. O sea -como dicen los muchachos hoy en día: literal- estamos atrapados en una red.
¿Y SI FALLA?
El asunto es: ¿y si la red falla? ¿Y si en el año 2030 no tenemos internet?
¿Qué pasaría si dejamos de leer en papel, e hipotéticamente “nos deshacemos de los libros impresos”, y no contamos con energía eléctrica para cargar la batería de un dispositivo o para tenerlo conectado a la fuente eléctrica, o “no hay señal”?
¿Será que de manera espontánea o deliberada hay un “sistema” que nos está llevando a una especie de callejón sin salida en cuanto a la dependencia de elementos externos como los equipos electrónicos y la internet?
Una sencilla analogía se reconoce con el suministro de agua potable o los alimentos provenientes de cultivos.
Nos hemos acostumbrado a que, con solo abrir la llave, obtenemos agua, y en muchos casos potable. No valoramos el proceso que esto representa, y por ende no valoramos el agua.
Nos hemos acostumbrado a que en un autoservicio es solo estirar la mano, escoger la fruta o verdura y colocarla en el carrito de compras, pagar y ¡listo!. No valoramos el esfuerzo del cultivador -artesanal o industrial- y por ende no valoramos el producto.
De este estilo, hay muchos ejemplos posibles.
He escrito “Nos hemos…”. ¿Habría que cambiar la afirmación por “Nos han…”?
Como en muchos otros casos, la situación de salud pública universal que estamos viviendo, ha acelerado mi pensamiento en estos temas.
Entre otras cosas, porque siempre me había resistido a la educación virtual, y ahora es un medio comúnmente utilizado en mi actividad empresarial y como docente.
Este será motivo de una próxima entrada.
EL RETO
Volvamos los ojos hacia las actividades tradicionales, sin dejar de aprovechar la tecnología. Tratemos de disminuir el nivel de dependencia de la tecnología y la internet.
5 comentarios
Alberto · 06/10/2021 a las 3:14 PM
El caos y la incertidumbre será el derrotero que no decidieron y decidimos. Y sabes que es lo más preocupante: que ya sabemos que ellos no tienen plan b no subsiguiente.
Beatriz Verbel · 04/10/2021 a las 9:56 PM
Muy actual este escrito. Mil gracias Dr. René Fco Valioso Y muy cierto. Hay q evaluar muy bien todo esto
Elsa Barbosa · 04/10/2021 a las 8:39 PM
Un artículo valioso, que me lleva a reflexionar en lo importante de las pequeñas cosas. Muy oportuno para este día. La verdad ójala se repita una o dos veces a mes día sin redes para que el espacio descanse y los humanos volvamos a mirarnos.
Alejandro Martínez López · 19/10/2020 a las 2:43 AM
Es muy buen articulo puesto que yo soy un joven y la tecnología vive en mi pero estoy de acuerdo con varias cosas por ejemplo no me gustaaa leer de un celular o un computador no logro concentrarme prefiero mil veces imprimir lo que voy a leer para lograr entender de una mejor manera.
Soy el tipo de joven que ama admira y quiere crear más tecnología que todo este a un solo clic o toque perooo también admiro los días sin señal, los días de finca y incluso los días en familia por que no quiero que eso quede de lado aveces la mente necesita descansar y viajar por la naturaleza para lograr entender este mundo por unas horas dejar de avanzar a pasos agigantados y detenernos para decir que estoy haciendo mal respirar nuestra mente y volver a la carrera me gusta mucho el blog por cierto.
Carlos Melo Freyle · 14/10/2020 a las 9:32 PM
Una reflexión interesante, pues nos lleva a considerar qué valoramos actualmente, frente a qué perdemos. Lógicamente surge de un migrante digital, pues esto para los nativos digitales es impensable.