El Abogado

Que osadía escribir sobre El Abogado.

Claro que la fecha es propicia, ya que el 22 de junio se celebra en Colombia el Día del Abogado, y era inevitable rendir este homenaje.

En mi ejercicio profesional como asesor y consultor he tenido la oportunidad de compartir muchas horas de trabajo y experiencias con abogados.

Igual en el campo docente y por supuesto en una que otra diligencia legal, a la que generalmente le tenemos pavor los no abogados.

Y por supuesto, hay algunos profesionales del derecho en la familia, y numerosos en la lista de amistades.

Soy admirador de la bella profesión de las leyes, por su origen, su historia, por el gran beneficio y servicio que puede prestar a la humanidad.

EL DERECHO

En las diversas especialidades del derecho se encuentra una gran riqueza y potencial de servicio.

Derecho Administrativo, laboral, notarial, penal, civil, familiar, militar, mercantil, tributario, internacional, en fin, toda una gama de opciones.

Ante todo, el abogado tiene el reto de la integridad, principio que bastante falta requiere retomar nuestra sociedad actual.

Después de tantos años de estudio, lectura, interpretación de leyes, tratados y normas, su aplicación en beneficio de la justicia, constituye el culmen de la profesión.

El derecho -como la medicina- y por tanto El Abogado, es una profesión humanista, cuyo sentido social se basa en servir a otros.

HOMENAJE

En este día, además de rendir homenaje, invoco a todos aquellos hombres y mujeres que decidieron ejercer la abogacía, para poner en alto su vocación.

Desde El Abogado litigante de manera independiente, hasta el más encumbrado Magistrado.

Desde El Abogado que ocupa un cargo de planta, hasta el que logra altos rangos directivos.

También aquellos que incursionan en segundas profesiones o emprendimientos.

En fin, todos se encuentran arropados por la sagrada investidura de la Dama de la Justicia.

¡Honor a la Justicia! ¡Honores a El Abogado!