COVID-19 VISTA COMO UN PROCESO

Publicado por René Francisco Abello Gomez en

Un punto de vista diferente acerca del COVID-19

Espero que sea útil este enfoque de la COVID-19 vista como un proceso que conjugue la perspectiva clínica y la administrativa.

Debo confesar que me había propuesto no escribir acerca del pandémico virus, lo cual finalmente se hizo inevitable.

El concepto de proceso

Un proceso es un conjunto de actividades mutuamente inter-relacionadas o que interactúan y que permiten transformar elementos de entrada en resultados o productos.

De otra parte, la palabra “proceso”, que los responsables de la gestión manejamos con celo profesional, es utilizada por muchos jóvenes para referirse a algo complicado.

(“Huy mami, tú eres un proceso”, por ejemplo.)

Haciendo abstracción de este coloquial uso, aquí está lo que me vino a la mente al ver algunas de las múltiples publicaciones que se ofrecen cada día sobre el tema.

Partes y recursos del proceso

Todo proceso tiene unas ENTRADAS, que son entregadas por un PROVEEDOR interno o externo, para alimentar las ACTIVIDADES inter-relacionadas.

Estas, arrojan unas SALIDAS, RESULTADOS o PRODUCTOS a CLIENTES, que pueden ser internos o externos.

Etapas de un proceso en los sistemas de gestión
Diseño propio del autor

Igualmente, todo proceso utiliza una serie de recursos que se pueden agrupar en 5 emes: Mano de Obra, Maquinaria, Materiales, Método y Medio Ambiente. (Esto lo vimos en el artículo Lo que pensaría Ishikawa).

Así las cosas, y teniendo en cuenta que los resultados de un proceso, suelen ser las entradas para otro, veamos cómo lo concibo, y para qué podría servir.

COVID-19 vista como proceso

La entrada primaria en este proceso es un ser humano sano, que por X o Y situación es infectado por el virus. La condición en la que se encuentre esa persona al momento de “entrar” al proceso, será determinante en su evolución.

Si es una persona con comorbilidades como obesidad, hipertensión, diabetes, etc., (producto de su alimentación y de autocuidados previos), la Etapa I de la enfermedad (Proceso 1) tendrá una entrada de mala calidad.

Al contrario, si es un individuo saludable, joven, y con un sistema inmunológico en buenas condiciones, la “entrada” es de buena calidad, y seguramente la Etapa I conllevará a un curso diferente.

Recordemos que, según los expertos, el 85% o más de las personas contagiadas tienen manifestaciones leves o ningún síntoma.

Asumamos que en la Etapa I de la enfermedad tengamos un paciente sintomático, que acude a un servicio asistencial de baja complejidad, con talento humano competente y se da un manejo apropiado.

En este caso, si eventualmente se complica, el paciente llega a la Etapa II en mejores condiciones. Es una “entrada” de mejor calidad.

Si en la Etapa II, el paciente es atendido con medidas diagnósticas inoportunas o poco confiables, el “producto” que este nivel de atención entregue, será un paciente con mayores riesgos de complicación.

Por supuesto, los pacientes que se complican, probablemente requieren manejo en Unidad de Cuidado Intensivo. Es allí donde se hace más notoria la “calidad” de la “entrada”.

Cuando un paciente llega a la UCI de manera tardía, o con manejos diagnósticos y/o terapéuticos poco apropiados, se van a requerir más recursos, mayores esfuerzos, y el resultado puede no ser fatal.

La forma como el paciente llegue a la UCI (calidad de la “entrada”) es determinante en el resultado o “salida” del proceso de atención.

Actividades y recursos

Entenderá el lector, que no entre en detalle acerca de las actividades del proceso (promoción y prevención, obtención de citas, atención primaria, pruebas diagnósticas, etc.).

Y que tampoco me dedique a la descripción de los recursos utilizados en cada actividad del proceso (profesionales, auxiliares, equipos, medicamentos, transporte, instalaciones, protocolos, etc.).

Ya habrá momento de hacerlo, u otros escritos que lo hagan.

El reto

¿Cuál es el sentido de este punto de vista?

Hacer reflexionar a todos los actores (Gobierno, EPS, IPS), incluyendo los pacientes mismos, sobre la importancia de hacer lo correcto siempre.

Si lo hacemos así, las “ENTRADAS” de cada etapa de la atención del paciente con COVID-19, vista como un proceso, reciben el mejor insumo posible, aumentando la posibilidad de un buen resultado.

De esta manera, con certeza, se tendría un pronóstico más favorable para la salud y la vida.


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René Francisco Abello Gomez

Médico especialista en Gerencia de Servicios de Salud. Amplia experiencia gerencial y como consultor empresaria. Autor del libro 8 pasos hacia la calidad en el servicio. Docente universitario y networker.

1 comentario

Sabas simarra · 01/08/2020 a las 4:25 PM

Muy buena analogía entre la atención de la Covid 19 y los elementos que componen un proceso

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